miércoles, 21 de julio de 2010

Aborto: el respeto de los derechos individuales

Es un tema turbio, rispido, con demasiados matices como para poder analizarlos y reflejarlos en tan pocas líneas. Sin embargo, intentaré hacer el mayor esfuerzo para expresar una opinión fundada debidamente.
Antes que nada debo hacer una salvedad: no voy a hacer referencia al aborto no punible dado que considero que es algo totalmente natural que se le permita a una mujer realizar un aborto cuando el niño que engendra en su vientre es consecuencia de un abuso sexual.
Para empezar con el análisis es dable decir que nuestro código civil establece que hay persona desde el momento en que el espermatozoide fecunda al óvulo, por lo cual cualquier interrupción posterior del embarazo es considerado lisa y llanamente "HOMICIDIO". (Art. 63. Son personas por nacer las que no habiendo nacido están concebidas en el seno materno.). Como tales, dichas personas por nacer tienen los mismos derechos que las nacidas, siempre y cuando efectivamente nazcan. (Art. 70. Desde la concepción en el seno materno comienza la existencia de las personas y antes de su nacimiento pueden adquirir algunos derechos, como si ya hubiesen nacido. Esos derechos quedan irrevocablemente adquiridos si los concebidos en el seno materno nacieren con vida, aunque fuera por instantes después de estar separados de su madre.). Estos dos artículos son la causa por la cual en nuestro ordenamiento jurídico se trata al aborto dentro del título de "delitos contra la vida" en el Código Penal.
Ahora bien, esta estructuración es un poco extrema, dado que olvida que esa persona por nacer "reside" dentro de una persona ya nacida, valga la brutalidad de la afirmación. Y esta persona tiene derechos también, siendo uno de ellos el derecho a la intimidad y a la privacidad consagrado por la constitución nacional. Esto implica que una persona tiene derecho a hacer todo aquello que no esté prohibido y que no afecte a terceros. Si, lo se, cualquiera que lea esto exclamará con horror: "¡Pero en el aborto se está afectando al feto!". Esto es cierto, totalmente verdadero. Tan razonable es que hay convenciones internacionales bregando por la protección de los derechos del niño. Sin embargo, donde el tema se empieza a tornar fangoso es cuando entendemos que una cosa es lo que dice la fria letra de un cuerpo legal y otra muy distinta es la práctica. La madre tiene dominio absoluto de su cuerpo, y siempre hay alguien dispuesto a hacer algo prohibido por la ley.
Es harto conocido que abortos hubieron, existen hoy y se seguirán realizando en el futuro por más que ello esté prohibido. Alrededor de 600 mil mujeres se practican abortos por año en el país. Un número escalofriante, ¿no?. En este punto de la discusión hay que hacer una salvedad. Yo no estoy de acuerdo en que una práctica ilegal se torne en legal por su simple uso y repetición. Esto es lo que en derecho se conoce como costumbre contra legem y el ordenamiento jurídico específicamente la prohibe. Sin embargo, en este caso creo que el poder político debe analizar seriamente la posibilidad de regular esta practica, y lo digo simplemente porque el aborto realizado en establecimientos de dudosa calidad médica y hasta higiénica es un serio peligro para la vida de la mujer.
Se podría pensar en una solución distinta, pero ella sólo es producible a largo plazo y luego de mucho trabajo: con la EDUCACIÓN SEXUAL. Si en este país se pusiesen las botas y reglamentaran esta cuestión a fin de que todos los niños recibiesen en su debido momento toda la información relativa al tema, probablemente habrían muchisimos menos embarazos no deseados y consecuentemente una necesidad mucho menor de buscar la solución por medio del aborto. Este tema incluye la cuestión del acceso a los métodos anticonceptivos. Hay que intentar dejar atras el tabú del sexo para que a nadie le provoque escozor ir a comprar un preservativo o una pastilla anticonceptiva. Creo que la sociedad argentina está ligeramente retrasada en relación a otras sociedades del mundo respecto del sexo. Seguimos siendo un poco conservadores, y eso ayuda a reprimir el deseo, explotando tal vez por el lado del acto mal practicado a posteriori.
Son ideas. Me encataría poder evitar la necesidad de un aborto legal, por que al fin y al cabo se está coartando el nacimiento de una vida, pero no tengo duda de que si no se toma el toro por las astas es necesaria una legalización de la cuestión para evitar el daño fisico a las mismas madres.

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