lunes, 11 de enero de 2010

El BCRA y su razón de SER

Mucho revuelo se armó estos días por el "incidente" entre nuestra señora presidenta y el presidente del Banco Central. Los medios periodísticos son poco claros y, cuando no, tendenciosos. Voy a tratar de aclarar un poco como funciona el BCRA.
Esta entidad se rige por su propia Carta Orgánica, que es la ley 24.441. Su artículo 1 es clarito: "
El Banco Central de la República Argentina es una entidad autárquica del Estado nacional". La oposición se basa en esta disposición de la ley para asegurar que el PEN (Poder Ejecutivo Nacional) no tiene autoridad para ordenarle que hacer y dejar de hacer por medio de un decreto.
Seguidamente, el artículo 3 dispone en su último párrafo: "Salvo expresas disposiciones en contrario establecidas por ley, no serán de aplicación al BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA las normas, cualquiera sea su naturaleza, que con alcance general hayan sido dictadas o se dicten para organismos de la Administración Pública Nacional, de las cuales resulten
limitaciones a la capacidad o facultades que le reconoce la presente Carta Orgánica."
Traducción: el BCRA tiene las facultades mencionadas por la propia ley (entre otras cosas en el artículo 4) y SOLO una ley puede modificar dichas atribuciones, no un decreto del PEN.
Ahora bien, ustedes se preguntarán por qué si la ley es tan clara, las cosas son tan turbias.
La cosa es así, el BCRA maneja las reservas del Estado Nacional. Las reservas son cantidades de dinero, generalmente en divisas extranjeras, que respaldan la emisión monetaria. Recordemos que en Argentina la única entidad habilitada por ley para emitir dinero es el BCRA. Sin embargo, es posible que esas reservas sean superiores a la cantidad de dinero circulante. Dicho "excedente" es llamado "reservas de libre disponibilidad", y el artículo 38 establece que debe ser transferido a la cuenta del Gobierno Nacional.
Entonces, recapitulando, el BCRA es una entidad autárquica, por lo cual no obedece órdenes de nadie, solo de las leyes que regulan su funcionamiento, es casi un cuarto poder. Sin embargo, queda bastante claro que el gobierno nacional puede disponer de fondos para utilizar casi a su antojo si existen reservas de libre disponibilidad.
El posterior "despido" de Martín Redrado es harina de otro costal.

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